jueves, 24 de junio de 2010

Los Falsos Evangelios














Los nuevos evangelios, Prosperidad material, éxito y fama.

¿Es lo que Jesús quiere para tu vida?














¡CUIDADO! UN EVANGELIO FALSO ESTA DESTRUYENDO EL CRISTIANISMO BÍBLICO



Por: David Wilkerson



“Dijo también a sus discípulos: Había un hombre rico que tenía un mayordomo y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes. Entonces le llamó y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo” (Lc. 16:1-2).

Jesús habló de cierto hombre rico que oyó un reporte de que uno de sus mayordomos estaba malgastando sus posesiones. Así que lo llamó a que le diera cuentas, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Entrega cuenta de tu mayordomía, porque ya no serás mayordomo”.

Esta parábola es muy importante para el cuerpo de Cristo ahora. Es la trágica historia de un siervo de Dios que pierde su poder y unción y termina ofreciendo un evangelio rebajado y barato. El hombre rico de esta parábola es Cristo mismo en quien moran todas las riquezas de gloria. El mayordomo que está siendo despojado de la autoridad es cualquiera a quien le ha sido confiada la Palabra de Dios, pero que ha sido hallado culpable de desperdiciar los recursos de su Señor.

Este mayordomo era culpable de malgastar las posesiones de su señor, una acusación que se podría hacer en nuestros días en contra de multitud de ministros, de obreros cristianos y de ovejas. ¡Qué desperdicio vemos en el reino de Dios hoy en día!

1. Los Elegidos de Dios desperdician tiempo, el más precioso recurso que el cielo pudo confiar a la humanidad.

Los pastores ungidos de Dios, maestros y evangelistas son tan culpables como las multitudes del redil que sólo buscan los placeres. Los mayordomos del evangelio deberían estar redimiendo el tiempo y no malgastándolo en pasatiempos, deportes, recreación y la televisión. Muéstrame un hombre de Dios que se sienta enfrente del ídolo de la televisión, desperdiciando horas preciosas, perturbando su alma y su mente con la corrupción del infierno, y yo te mostraré a un mayordomo injusto a quien Dios traerá a cuentas y le despojará de toda autoridad espiritual.

Este mayordomo se consintió a sí mismo. El tomó los recursos de su amo y se los derramó encima. Uno pensaría que todas las riquezas eran solamente suyas, por la manera en que se gastaba los recursos y en que se consentía a sí mismo.

Hoy vemos este triste espectáculo en la iglesia, a cristianos yendo de un lado para otro, desperdiciando los recursos divinos sin saber que Dios les va a pedir cuentas por ese desperdicio.

2. El poder, otro de los gloriosos recursos de Cristo, está siendo egoísta y tontamente malgastado.

Los reyes del poder en la casa de Dios son aquellos que malgastan el poder de su amo para justificarse a sí mismos. Quieren ser conocidos y respetados como profetas, como los hombres del momento, buscados como poderosos guerreros de fe, acción y poder. Aman el aplauso de los hombres, la adulación como para un héroe; les gusta ir por ahí oyendo esas palabras de autoaprobación. “¡Miren, ahí esta! ¡Ahí va ese poderoso hombre de fe, acción y poder!” Pablo denunció esa adulación a ministros. Debemos dar honor a quien honor merece, y ése es ¡solamente Cristo!

Los creyentes sin discernimiento hacen pequeños dioses de los autonombrados profetas, sanadores, y maestros de nuevas revelaciones.

El poder malgastado está corrompiendo al ministerio y la casa de Dios. Los cristianos superficiales son atraídos al poder como las abejas a la miel. Y una terrible acusación en contra de la iglesia apóstata es oír a los cristianos decir: “¡Qué bárbaro, qué poder tiene!”, en vez de susurrar con santa reverencia: “¡Está lleno de Jesús! ¡Jesús se revela en él maravillosamente! ¡Hace a Cristo real!”

El verdadero mayordomo del evangelio no busca el poder para demostrarlo enfrente de multitudes curiosas. Las multitudes pueden ver la fuerza del poder sanador de Dios, como cuando Jesús sanaba a los enfermos. Sin embargo, a Él le oían decir una y otra vez: “No le digas a nadie”. Dios le confía su mayor poder a aquellos que van a los hospitales, a las calles, a los hogares, y en secreto, lejos de los ojos de aprobación y de los aplausos, derriban fortalezas, atan a los demonios y libertan a los cautivos, sanan a los enfermos y son verdaderos y desconocidos ministros del poder sanador de Cristo. El verdadero don de sanidad no se manifiesta en una atmósfera de espectáculo, sino que se manifiesta solamente cuando es usado por siervos humildes que son completamente celosos de la gloria de Dios, como Cristo lo era.

Un poco del santo poder de Dios que no es usado o aprovechado solamente para la gloria de Cristo es un desperdicio. Es un mayordomo injusto gastando para sí mismo lo que no le pertenece. Sin embargo, aún hay hombres que se levantan grandes nombres para sí mismos, robándole la gloria y el poder al Señor, para engrandecerse ellos mismos.

3. La fe es otro recurso de Cristo que está siendo desperdiciado por los cristianos hoy en día.

¡Toda la fe verdadera proviene de Cristo! Cuando hablas de todas las riquezas de Dios en Cristo Jesús, debes incluir la fe. Somos salvos por la fe de Cristo. Pero la preciosa fe que debería haber sido cuidadosamente invertida, está siendo desperdiciada en trivialidades. Los héroes del capítulo once de Hebreos se apropiaron de su fe para conquistar reinos, tapar la boca a los leones, extinguir el poder del fuego, poner en fuga a los ejércitos del enemigo, ejecutar actos justos, recibir a sus muertos de regreso, y finalmente, para soportar torturas, vituperios, azotes, prisiones y cárceles.

¡Hoy la fe de Cristo es a menudo desperdiciada en egoísmo! ¡Logros personales, éxito, aumento de bienes, riquezas terrenales y prosperidad sin límite, con perfecta salud y una felicidad sin mancha!

¿Por qué será que los cristianos pueden invertir todas las clases de fe en un intento de llegar a ser prósperos y felices, pero no pueden tener fe para que su casa y sus vecinos sean salvos? ¿Por qué tan poca fe para recibir la santidad de Cristo? ¿Por qué tan poca fe para evangelizar a un mundo perdido?

Uno de estos días, muy pronto, Dios nos va a poner de espaldas contra la pared y nos va a pedir cuentas de la forma en que manejamos Su preciosa fe. ¿La gastamos sólo en trivialidades, como si la fe sólo existiera para hacernos la vida más fácil? ¿No nos preguntará el Señor, con ojos penetrantes, por qué no usamos sus riquezas sabiamente? ¿Qué pasará en el tiempo que viene pronto, cuando legiones de demonios sean soltados sobre esta generación, y los gobernadores de las tinieblas extiendan sus reinos siniestros, y furiosas tentaciones; cuando los ejércitos de Satanás vengan en contra de nosotros, y los burladores y los torturadores y los anticristos se levanten para acosar a los hijos de Dios? ¿Estará el pueblo de Dios, los mayordomos de Dios, en la línea del frente haciendo una gran demostración de fe para la gloria de Cristo, o estarán de pie delante del Juez para ser despojados y echados fuera por malgastarla? ¡Señor, ayúdanos!

LA GRAN LECCIÓN

La gran lección de esta parábola va más allá de la tragedia de una iglesia que desperdicia las riquezas de Cristo en intereses egoístas; va hacia el pensamiento corrupto de los mayordomos cristianos que han sido despojados de la autoridad divina. Los mayordomos del evangelio que desperdician el tiempo, la fe, el poder y otros recursos divinos van, por consiguiente, a perder su autoridad espiritual en Cristo y van a ser libres para comprometerse con sus propios planes y proyectos. Perderán su unción y se arrastrarán inventando un evangelio que perpetúe sus propios intereses.

“Entonces el mayordomo dijo para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía” (Lc. 16:3).

Los mayordomos que malgastan la riqueza de su amo y pierden la unción llegan a estar completamente dedicados a su propia supervivencia.

Ya no es su interés principal: “¿Qué puedo hacer por el Señor?”, sino, “¿Qué puedo hacer por mí?”. Esto incluye tanto a discípulos como a ministros.

Le pregunté al espíritu Santo por qué este mayordomo no se arrepintió simplemente y se arrojó en la misericordia de su amo. ¿Por qué salió y empezó a planear y a hacer proyectos para protegerse a él mismo y su futuro? Yo creo que la respuesta es que había ido muy lejos y se había colocado más allá de la redención. Sus propios intereses le habían endurecido, se había entregado a un corazón dividido. Si crees que los predicadores centrados en sí mismos y los discípulos nunca están más allá de salvarse, no conoces la Biblia. Así eran Ananías y Safira; también Alejandro e Himeneo a quienes Pablo entregó a Satanás para que otros temieran; también aquellos de Romanos 1, que cayeron de la fe a la profundidad de una mente reprobada.

Te lo digo con dolor en mi corazón, que ahora ya hay ovejas, ministros y ministerios que han sido desechados por Dios. Estos son los que han sido engañados por espíritus mentirosos, habiendo sido advertidos una y otra vez por el Espíritu Santo y por los profetas de Dios, de que se arrepintieran y que se humillaran. Ellos fueron absorbidos por el egoísmo; empezaron a fornicar con madera y piedras, se convirtieron en constructores de templos y de monumentos de realizaciones personales; y rechazaron una vida de quebrantamiento y humildad. ¡Dejaron el closet de oración por sus intereses y por la obra de sus manos! Temerariamente malgastaron el dinero de Dios, la fe de Dios, el tiempo de Dios y el poder de Dios.

Por toda la nación, oigo de gente santa de oración, la misma cosa que oigo de mi Padre del cielo. Aquellos que están caminando con Dios, viviendo en el Espíritu, instintivamente sienten que Dios ha descubierto, y que deplora, todas las abominaciones en la iglesia, en el púlpito, en las predicaciones y en algunos ministerios populares.

No todos son corruptos, ¡gracias a Dios! Hay un remanente creciente de santos y ministerios que se han vuelto a la justicia y a la oración. Pero el verdadero cuerpo de Cristo debe orar por sabiduría divina para discernir a aquellos que ya han sido despojados de la autoridad espiritual y de la unción. Un mundo creciente de cristianos de oración ahora comparten el mismo dolor de Dios por toda la mezcla con el mundo, y sus corazones claman que Dios trate esto pronto. ¡Creo, sin lugar a dudas, que está a punto de hacerlo! Si Dios puede hacer caer a Babilonia en una hora, seguramente puede limpiar esta mezcla en Su templo en un momento.

La mayor parte de los mayordomos modernos que han sido despojados por Dios de todo servicio espiritual no son tan sabios como el mayordomo injusto, no se dan cuenta de que ya todo terminó. No se han dado cuenta de que ya han sido despojados de su mayordomía. Pero tú te puedes dar cuenta que se acabó, por los planes y proyectos que presentan centrados en el hombre. Los intereses de Dios ya no son lo más sobresaliente, ahora lo único importante para ellos es su próximo proyecto. Terminan un proyecto de hombre solamente para lanzar otro más espectacular que el anterior.

Mi corazón clama: “¡Oh, mi bendito Señor! ¿Cuándo se despertará el pueblo de Dios y empezará a discernir que todo ese loco gastar, esa construcción, y esa mentalidad mundana representan un despilfarro hecho por cristianos y por ministros que ya han sido desechados por el Espíritu Santo y que están a punto de ser llamados a cuentas? ¿Cuándo dejará el pueblo de Dios de aguantar tal tontería? ¿Cuándo se despertará el cuerpo de Cristo y gritará en contra de esto y dirá: ¡Basta!” No hay ya profetas de Dios en la tierra? ¿No quedan pastores con suficiente discernimiento del Espíritu Santo y con autoridad espiritual para despertar a esta gente respecto a ese peligroso desperdicio de los recursos de nuestro Señor? Es triste, pero es cierto, que en algunos de los más conocidos ministerios del país hoy en día, ni con mucho se escucha la verdadera Palabra de Dios. Yo no soy juez, pero por sus hechos es patente que algunos están más allá de la censura, cegados por sus propios consejeros, cegados por ambición, cegados por los dioses del éxito y el poder.

Algunos de ellos no recibirían un solo profeta hoy en día, están tan altos y son tan poderosos, están tan confiados en sí mismos, tan ricos, tan influyentes, tan establecidos en sus caminos, tan comprometidos con sus propios planes y proyectos, que no pueden escuchar nada.

¡Sus ojos están cerrados, sus oídos no oyen, y no saben que la gloria se ha ido y que Icabod ha sido escrito sobre sus puertas! Y tan cierto como que el mayordomo injusto fue derrocado, así también ellos caerán. Dios va a cortar el suministro y va a hacer una cosa tan sorprendente que los oídos de todos los que lo oigan van a retumbar.

Llamo a todos los santos que oran en toda la tierra que empiecen a ayunar y a orar por la limpieza dentro de la casa de Dios y entre sus ministros y ministerios. Que empiece conmigo y con el ministerio a mi cargo. Yo necesito esta purificación tanto o más que todos los otros. Ora porque el fuego santo de Su santidad llene de temor todos los púlpitos. Ora para que Dios salve los ministerios que aún pueden ser salvados, que Dios humille y rompa las voluntades necias de los hombres centrados en ellos mismos, que haya arrepentimiento y un regreso a la pureza y a la honestidad. Ora para que ellos respondan pronto. Únete a todos los otros santos que oran. ¡Que ya no se malgasten los recursos de Dios! Ya no más alianzas con aquellos que no tienen preocupación por los intereses de Dios, sino que usan a otras personas para aumentar sus intereses egoístas. ¡Ya no más confiar en aquellos que ofrecen un evangelio barato y de oferta!

¡Dios danos profetas y pastores y evangelistas, puros, separados, quebrantados, que se den completamente para la gloria de Jesús, que puedan tronar en contra del pecado y de la corrupción y hagan temblar a los adúlteros, a los que se divorcian, a los laicos y ministros tibios en la casa de Dios! Creo que el pueblo de Dios está clamando por líderes que sean ejemplo de santidad, y que los conduzcan a caminar más profundamente con Cristo. Creo que la congregación está más hambrienta de Dios que muchos del púlpito. Algunos ministros jóvenes me dicen que no pueden encontrar a hombres ancianos de Dios a quienes puedan mirar como modelos de santidad y pureza. La gente quiere moverse en Dios, quieren fuego en el púlpito y convicción en las bancas. Quieren que el Espíritu de Dios despierte a sus iglesias y los saque de la corrupción. Al menos, eso es lo que oigo de los que me escriben.

UN EVANGELIO BARATO, CARENTE DE COMPROMISO

Este mayordomo despilfarrador dijo: “Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de la mayordomía, me reciban en sus casas” (Lc. 16:4)

Procedió a llamar a todos los deudores de su amo y les ofreció tratos con tarifas reducidas. Al deudor que debía a su amo cien medidas de aceite le decía que sólo pagara cincuenta. El redujo el trato de otro deudor que debía cien medidas de trigo. Le dijo que sólo necesitaba pagar ochenta medidas. Les ofreció a todos los deudores atractivas rebajas en los tratos.

Cuando el Espíritu Santo se va de un hombre o de un ministro, y él toma el control, toda clase de convenios se ofrecen a los deudores. Es por eso que estamos oyendo ese evangelio barato y rebajado desde tantos púlpitos.

Ahora hemos llegado al corazón del mensaje de esta parábola. Estos mayordomos que han sido despojados, van por ahí haciendo tratos rebajados con deudores que andan buscando una forma de pago barata. ¿Quién quiere pagar el precio completo de la redención cuando hay en pie una oferta de saldar la cuenta con una salvación barata? ¿Quién quiere llevar los sufrimientos de Cristo cuando puedes “cumplir” con menos? ¿Por qué soportar la muerte, la cruz, el oprobio y el rechazo cuando simplemente, reclamas tus derechos y puedes volar justo hasta el paraíso sin pena ni sacrificio? ¡Santos, alíniense -es tiempo del evangelio basado en tratos baratos-!

¡Quédate enfrente de tu televisión, llena tu alma y tu mente con toda la porquería de los pozos del infierno, sigue adelante, disfruta el cine escandaloso, el teatro para adultos; corre con la multitud, bebe, fuma, ve a centros nocturnos, cuenta chistes groseros; divórciate, haz trampas, fornica; gasta, compra y endrógate; no ores, no ayunes, no clames, no hables de cargas, de santidad y de apartarse del mundo! ¿Por qué? ¡Porque es el día del evangelio barato y rebajado, sin dolor, sin poder, contaminado! Se ofrece diariamente por radio, por televisión y en cruzadas y en las iglesias por todo el mundo.

“Y alabó el amo al mayordomo malo por haber hecho sagazmente... Y yo os digo: Ganad amigos pro medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en las moradas eternas” (Lc. 16:8-9)

Que quede esto claro. Dios no está alabando el mal proceder del mayordomo, ni está recomendado sus acciones como tales. El sólo recomienda la forma astuta en que el mayordomo injusto se condenó a sí mismo. El amo alabó la manera en la que selló su ruina. En otras palabras: “Tú pensaste sabiamente en ofrecer estos tratos rebajados. Pero cuando todo se venga abajo, y se vendrá, tú y todos los que participaron contigo en tus ofertas deshonestas, serán enviados a los lugares donde habita Satanás”.

Lo que Dios nos está diciendo es que no hay atajos, no hay consagraciones a medias, no hay caminos fáciles a la gloria, o sin dolor. Vamos a pagar el precio completo, esto significa que tomemos nuestra cruz, nos neguemos a nosotros mismos y lo sigamos a El hasta la plenitud de la vida de resurrección. En el día del juicio todos los mayordomos despojados y sin poder se van a parar delante del trono del juicio de Jesús, mirando no sólo sus ojos llameantes sino que también verán a los pobres hijos perdidos del reino a quienes ellos engañaron con ese evangelio parcial. ¡Qué alarido será oído! Ellos rechazarán a sus falsos profetas, gritando: “¡Falso! ¡Impostor! ¡Pastor cruel! ¡Hijo de Icabod! ¡Inventor de mentiras! ¡Nos heriste con ceguera con tus medias verdades!”.

Todo lo que le puedes elogiar a algunos hombres de Dios y a ciertos ministros hoy en día, es que su astucia y su ingenio están proveyendo para ellos y sus seguidores un camino con Jesús a un precio de oferta. Y es astuta la manera en que las Escrituras son torcidas y entrelazadas para hacer que suenen correctas y aprobadas por Dios. Han ido ya tan lejos que muchos pueden pecar a voluntad y no ser convictos de pecado. Pueden decir con el Israel apóstata, “Librados somos para seguir haciendo todas estas abominaciones” (Jer. 7:10). Doctrinas de demonios y doctrinas de falsa seguridad son ofrecidas a aquellos que escogen vivir vidas carnales y sensuales.

El mayordomo injusto pensó que había asegurado su futuro, pero era una falsa seguridad. El seguía siendo el mismo hombre permisivo, tramposo y sensual que siempre había sido, y los amigos que iban con él eran de su misma naturaleza, todos ellos cegados por una falsa seguridad. Puedes estar seguro que pagó un alto precio por su engaño. ¿Quién puede dudar que el amo rechazó los tratos rebajados que ofreció el mayordomo injusto? Yo creo que el amo demandó el precio completo.

Dios le dijo a la iglesia de Laodicea, tan llena de bienes y que alardeaba de no tener necesidad de nada, en realidad eres desventurada, pobre, miserable, ciega y desnuda. Y hasta que no renuncie a toda la tibieza, Dios la vomitará de Su boca a ella y todo lo que representa. Este hecho espantoso ya está sucediendo.

¡Dios danos mayordomos fieles! Danos santos en el púlpito y en las bancas que se vuelvan al Señor con todo su corazón, que rompan sus ídolos, y caigan contritos delante de Tu presencia. Y Dios, vuelve a traer el evangelio de justicia, de separación del mundo, y mandamientos santos de amor, y levanta ejércitos de vencedores que alisten sus lámparas y se preparen para recibir al Novio. Dios, llévanos a la Cruz, a la muerte de nosotros mismos, a reconocernos muertos al pecado por fe, y a la resurrección en el reino de Vida Eterna en Cristo. Amén.

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LA DOCTRINA DE JEZABEL



Por: David Wilkerson



Podría dar un subtítulo a este mensaje "El Peligro de Ser Seducidos por una Falsa Doctrina". Lea Apocalipsis 2:18-29 y verás que el mismo Cristo advirtió a la iglesia contra la doctrina de Jezabel. "Toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos" (Ap. 2:20). La palabra en griego aquí para Jezabel es un sinónimo de falsa maestra. Ella representa claramente doctrinas falsas. Jesús aclara esto mediante lo que continúa, "… a cuantos no tienen esa doctrina…" (Ap. 2:24).

Aquí está un grupo de gente de Dios, llena de buenas obras y caridad, teniendo una forma de fe y paciencia. Pero los ojos de Jesús aparecen entre ellos como llamas de fuego. Aun con todo lo que es bueno y meritorio, hay algo muy peligroso que le sigue, algo tan seductor que Cristo advierte que El enviará juicio y los hará que sean un ejemplo para todas las iglesias. Ciertos miembros de la iglesia se estaban vendiendo a Satanás. Sus buenas obras, caridad, servicio, fe y paciencia estaban eclipsados por una seducción en la que se habían involucrado, una seducción de falsa doctrina. Estaban bajo el encanto de una enseñanza falsa, una enseñanza que vino disfrazada como la Palabra de verdad pero que de hecho era diabólica.

LA SEDUCCION DE LOS SIERVOS DE DIOS

Cristo dijo "mis siervos" están siendo seducidos. Ministros hemos llegado a esta mismísima condición peligrosa de la que Cristo nos advirtió. Hay multitudes de pastores, maestros y evangelistas completamente seducidos bajo el encanto de la doctrina de Jezabel. Estos maestros seductores a su vez están produciendo "hijos de seducción". Ellos enseñan fornicación y consumo de comida de ídolos esto es fornicación espiritual. Esto significa estarse alimentando de comida demoniaca de doctrinas que excusan el pecado.

Deseo decir en términos no inciertos, que es peligroso establecerse bajo una enseñanza errónea. Una doctrina falsa puede condenarte más fácilmente que todas las lujurias y pecados de la carne. Falsos predicadores y maestros están enviando más gente al infierno que todos los vendedores de drogas, lo alcahuetes y prostitutas juntos. Esto no es una exageración -yo lo creo-. Multitudes de ciegos y extraviados cristianos están cantando y alabando al Señor en iglesias esclavizadas por doctrinas falsas, miles están sentados bajo maestros que están enseñando la doctrina de demonios -y se apartan diciendo, "No fue esto maravilloso"-.

Cristo no toma este asunto a la ligera. Sus ojos están aun traspasando la iglesia, y El ha venido para advertir, para exponer y para salvar a su pueblo y a sus siervos de esta terrible seducción. Sería mejor quetomáremos en serio esto. Seriedad en cuanto a la iglesia a la que asistes. Seriedad en saber a quien estás escuchando. Seriedad en la enseñanza que recibe tu corazón.

El pueblo de Dios se está vendiendo a Satanás por todas partes entregándose ellos mismos en manos de maestros falsos y promotores de falsas doctrinas. Cuando oímos hablar de venderse a Satanás creemos que se refiere a los adictos y alcohólicos, prostitutas afligidas y de ateos que odian a Dios. No es así. Esto está sucediendo en la iglesia, en las reuniones de evengelio, en convenciones y en los grandes seminarios de enseñanza.

La marca de un cristiano seducido es que es "llevado de un lado para otro" buscando algo nuevo, diferente, una enseñanza extraña. La biblia advierte, "No os dejeis llevar de doctrinas diversas y extrañas" (Heb. 13:9). No sean llevados hacia allá y hacia acá, de un lado hacia otro. Esto no se refiere a aquellas raras veces que un creyente maduro va a escuchar a un hombre de Dios predicar a Cristo y arrepentimiento. Esto se refiere a ir corriendo de un lado hacia otro, de un seminario a una convención, de una iglesia a otra, de una reunión de milagros después de una de sanidad, sin tener raíces. Sus oídos siempre tienen comezón de oir algo nuevo, algo sensacional, algo de entretenimiento, algo placentero a la carne. Los tenemos en nuestra iglesia en Times Square -callejeros, plantas rodantes humanas que pasean los vientos de doctrinas-. Esta clase de personas no regresan porque rehusamos rasguñar oídos que tienen comezón. Ellos quieren ser acariciados, no reprobados. Así es que ellos regresan hacia sus maestros -los sosegadores, los felices pensadores positivos-. Ellos se parecen a los atenienses que "pasaban su tiempo en ninguna otra cosa sino en decir o en oir algo nuevo" (Hch. 17:21). Pablo advirtió a Timoteo, "Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oir, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias" (II Tim. 4:3).

LA DOCTRINA DE CRISTO

La marca de un creyente maduro es un rechazo a ser "fluctuante, llevado por doquiera por todo viento de doctrina…" (Ef. 4:14). Tales creyentes no pueden ser manipulados por ningún maestro. Ellos no necesitan correr de un lado a otro porque están bebiendo de la Roca. Ellos están creciendo en Cristo. Ellos se están danto un banquete en los verdes pastos. Ellos han circuncidado sus oídos y miden a cada maestro, cada doctrina, en la medida de cuanto se conforma a la santidad de Cristo. Ellos pueden discernir todas las doctrinas que son falsas, y son rechazadas al ser enseñanzas extrañas y nuevas. Ellos han aprendido de Cristo. Ellos no serán detenidos por la música, amistades, personalidades o milagros, sino por un hambre por la Palabra pura.

Existen únicamente dos doctrinas. La doctrina de Cristo y la doctrina de Jezabel. Pablo dijo, "…para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador" (Tit. 2:10). ¿Cuál es la doctrina de Cristo? La gracia de Dios nos enseña que negando las perversas y mundanas lujurias, vivamos sobria, justa y piadosamente, en este mundo presente. (Tit. 2:11-12). La doctrina de Cristo te conformará a la imagen de Cristo. Ella expondrá cada pecado oculto y cada anhelo malo.

¿Está tu maestro reprendiendo con autoridad, hablando y exhortándote a abandonar el pecado y a quitar todos los ídolos como se instruye en Tito 2? ¿Estás aprendiendo a odiar el pecado apasio- nadamente? ¿O sales de la iglesia, no convencido aún profundamente? ¿Puedes dejar de adherirte a los pecados consentidos? El mensaje de la doctrina de Cristo es, "Limpiémonos de toda contaminación de carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios" (II Cor. 7:1).

Muchos nos escriben diciéndonos, "nuestro pastor se mantiene diciendo, ‘No estoy aquí para predicar en contra del pecado; estoy aquí para elevar a Jesús’, o, ‘Ninguna de esas predicaciones de condenación se predican desde este púlpito -no estoy aquí para reanimar el temor y la desesperación en mi gente’"-. Aun con predicadores pentecostales existen dos extremos. Algunos gritan un evangelio duro legalista y sin amor; mientras otros predican contra el pecado como cobardes retractándose de todo en el mismo mensaje. Falso amor y lágrimas de cocodrilo.

La doctrina de Cristo es una doctrina de piedad y santidad. "Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas" (I Tim. 6:3-4). Algunos nos dicen "mi maestro habla de santidad". Pero no me refiero exactamente a que use las palabras "santo" y "piadoso"; me refiero a predicarlo con toda autoridad. La predicación de la doctrina de Cristo te bendecirá, fortalecerá y te animará, pero también te convencerá tan profundamente de tal manera que ya no podrás acomodarte en ella y al mismo tiempo estar adherido a una lujuria secreta.

LA DOCTRINA DE JEZABEL

Veamos esta doctrina de demonios y comprobemos si tu estás en peligro de estar vendiéndote a Satanás. Existen tres marcas para distinguir la doctrina de Jezabel. Todas estas fueron encontradas en la Jezabel del Antiguo Testamento, la madre y la encarnación de las falsas doctrinas. Jesús dio a Jezabel un sinónimo de falsa doctrina. Es una doctrina que enseña que algo malo puede ser bueno, que lo profano puede ser puro.

Jezabel, en hebreo significa "casta, virtuosa, sin idolatría". Imagínate, la más impía, más idólatra, astuta y odiosa mujer en toda la Biblia llamada virtuosa, sin pecado. Algo muy malo es llamado bueno. Pero irónicamente, ¿es esto "casto (puro, honesto)"? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo se convirtió en casta? ¿Cuándo? ¿Dónde?

Veamos a Acab. "Y reinó Acab hijo de hombre sobre Israel en Samaria veintidós años. Y Acab hijo de hombre hizo lo malo ante los ojos de Jehová, más que todos los que reinaron antes de él. Porque le fue ligera cosa andar en los pecados de Jeroboam hijo de Nabat, y tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey de los sidonios, y fue y sirvió a Baal, y lo adoró" (I Re. 16:30-31). Acab significa "uno como padre" o "sellado con la naturaleza de su padre". Jezabel representa doctrina falsa y Acab es su víctima. La Biblia declara que no fue suficiente que Acab tuviera un corazón inclinado hacia el pecado, idolatría y conformidad al mundo. El trajo a su vida una influencia satánica, que lo confirmaría en su pecado. "A la verdad ninguno fue como Acab que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba" (I Re. 21:25).

El mensaje es que la tendencia de los cristianos quienes mantienen en secreto el pecado y la lujuria será para abrazar y llegar a casarse con una doctrina falsa la cual únicamente los excitará y confirmará en sus pecados. La última cosa que Acab necesitó fue una Jezabel. ¡Qué Peligroso! Ella sacó lo peor que había en él, lo magnificó y lo destruyó. Así es que esto ocurre con una falsa doctrina. Si hay algún pecado, lujuria o mundanalidad en ti, la última cosa que tú necesitas es una doctrina que saque lo peor que hay en ti. Cuando David pecó con Betsabé, el no tuvo necesidad de un falso profeta con un deleitante mensaje que le dijera que tanto lo amaba Dios. El tuvo necesidad de un profeta verdadero, Natán, con un dedo amenazador, que le dijera, "Tú eres el hombre". Aquellos que predican la doctrina de Cristo le enseñan a la gente la diferencia entre lo malo y lo bueno. No hay mezcla en sus labios. "Y enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio" (Ez. 44:23). Ezequiel denuncia a estos falsos profetas que se enriquecen a si mismos trayendo un mensaje que excusa el pecado. "Hay conjuración de sus profetas en medio de ella, como león rugiente que arrebata presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, multiplicaron sus viudas en medio de ellos. Sus sacerdotes violaron mi ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio; y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido profanado en medio de ellos. Sus príncipes en medio de ella son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, para destruir las almas, para obtener ganancias injustas. Y sus profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor; y Jehová no había hablado" (Ez. 22:25-28).

Como resultado de esto, tenemos una generación entera de muchachos confundidos que aún no pueden reconocer lo malo cuando lo están viendo. Los falsos profetas los han engañado. Ellos lo llaman bueno cuando se ven rockeros con el cabello morado, vestidos como sado-masoquistas, pavoneándose y girandosexualmente en el púlpito, tocando su "rock ‘n roll". A ellos se les ha dicho que el sexo fuera del matrimonio es bueno mientras tu estés enamorado y respetes a la otra persona. Los predicadores y maestros se han convertido en los más grandes defensores del pecado en la nación.

LA DOCTRINA DE JEZABEL PROMUEVE LA CODICIA

"Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te de a ti la heredad de mis padres. Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama y volvió su rostro, y no comió. Vino a él su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan decaído tu espíritu, y no comes? El respondió: Porque hablé con Nabot de Jezreel, y le dije que me diera su viña por dinero, o que si más quería, le daría otra viña por ella; y el respondió: Yo no te daré mi viña. Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo te daré la viña de Nabot de Jezreel" (I Re. 21:3-7).

Escuchen la doctrina de Jezabel, "Tú eres rey. Número uno. Tú tienes derechos. No permitas que nadie te impida obtener lo que deseas". Ella le dijo a Acab, "Levántate. Alégrate. Regocíjate. Te la conseguiré yo". En pocas palabras éste es el evangelio de prosperidad. "No sudes. No te sientas triste o condenado por aquellos deseos que te están devorando. Los conseguiré para ti". Durante siglos la iglesia predicó sacrificio y censuró la codicia, llamando un pecado el ir tras las cosas materiales. Pero más adelante vino la doctrina de Jezabel diciendo, "Lo conseguiré para ti". Así como los métodos engañosos usados por Jezabel, estas doctrinas tuercen y mal emplean las Escrituras.

La más grande decepción en la iglesia moderna es el asunto de usar la Palabra de Dios para poner una señal de aprobación a la codicia. Aparentemente la doctrina de Jezabel funciona (ver I Re. 21:14-16). Logró que Acab obtuviera lo que él deseaba. El se posesionó de sus drechos porque cuando un hombre era apedreado por alta traición contra el rey, todos sus derechos pasaban a manos del rey. Nunca ha existido una pregunta por qué para muchos esta doctrina de prosperidad funciona. Como Acab, ellos están disfrutando sus posesiones. Pero Acab no pudo disfrutarla a causa de un molesto profeta de Dios. "Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo: Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria, he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella. Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre. Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado enemigo mío? El respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová" (I Re. 21:17-20).

Imagínense a Acab caminando alrededor de su nueva posesión diciendo: "¿No es dulce la vida? Ah. Jezabel. Pueda que no esté de acuerdo con todos sus métodos, pero ella lo logró". Pero siguiendo cada una de sus pisadas está el profeta Elías. Acab se tambaleó impactado. El sabía lo que le esperaba. Su conciencia le dijo, "Me encontraste, enemigo mío".

Así ocurre hoy en día. Dios ha enviado profetas por toda la tierra, clamando en voz alta, confrontando la doctrina materialista de Jezabel, haciéndola tan incómoda como para que los cristianos disfruten de sus juguetes y adquisiciones. Ellos se han vendido. No pueden verlo, pero el pecado está detrás de todo esto. Cada vez que clamo en contra de la doctrina de la prosperidad siento el poder y el espíritu de Elías sobre mi. Ustedes van a escuchar exponer aun más y más esta doctrina de Jezabel. Por dondequiera, serán escuchadas voces proféticas fuertes y claras, clamando, "Pecado. Tu gozaste vendiéndote al pecado".

JEZABEL ODIA A LOS PROFETAS DE DIOS Y LAS PROFECIAS DIVINAS

"Acab dió a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había dicho, y de como había matado a espada a todos los profetas. Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos" (I Re. 19:1-2).

Los cristianos atados por la doctrina de Jezabel no tienen consideración alguna para los santos profetas de Dios. Ellos se sientan fríamente, como lo hizo Jezabel, inmóvil, mientras Acab le detallaba la milagrosaexhibición de la autoridad sobrenatural en el Monte Carmelo. Escuchen a Acab, "Pero Jezabel, tal vez necesitamos escuchar. Lo vi con mis propios ojos. Nuestros profetas danzaron y gritaron por horas, pero no había poder. Elías solamente habló la palabra de Dios y el fuego cayó. La gente inclinó sus rostros por todas partes arrepintiéndose. Ellos han dejado toda su idolatría. Dios envió un avivamiento de santidad". Pero Jezabel no estaba impresionada. Todo lo que esto hizo fue convertir su resolución en piedra.

Así sucede ahora. Los maestros de la doctrina de Jezabel y aquellos que como Acab son sus víctimas, no están abiertos a la convicción del Espíritu Santo, ni al mensaje de arrepentimiento y santidad. Ellos lo escuchan, y luego hacen lo que desean aún más determinadamente que antes en sus doctrinas. No existe el temor de Dios ante sus ojos.

La señal más exacta de un falso maestro y de una doctrina de Jezabel es apagar las advertencias proféticas y el rechazo a escuchar acerca del juicio. Ellos lo llaman abatimiento y sentencia. Ellos se ríen, se burlan y lo ridiculizan. Ellos no tienen respeto por ninguna advertencia negativa. Jeremías dice que tales pastores están ciegos y sordos. El Señor dice, !Obedeced… Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante" (Jer. 7:24-28).

Aquellos que enseñan la doctrina de Jezabel se dicen ser profetas. Pero existe una prueba para saber quien es profeta verdadero y quien es falso. Los profetas de Jezabel profetizan únicamente cosas buenas, solamente paz y prosperidad. "Y en los profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios, y andaban en mentiras, y fortalecían las manos de los malos, para que ninguno se convirtiese de su maldad; me fueron todos ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra. Por tanto, así ha dicho Jehová de los Ejércitos contra aquellos profetas: He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocresía sobre toda la tierra. Así ha dicho Jehová de los Ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio corazón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre vosotros" (Jer. 23:14-17). Ellos no hacen que la gente se arrepienta de su impiedad. Ellos hablan de sueños y actúan tontamente en el púlpito. Son engañadores.

EL CONVENIO DE ACAB CON EL MUNDO

Acab se arrepintió con la predicación de Elías. El mensaje de Elías lo afectó profundamente. El rentó sus ropajes y caminó por unos momentos en humildad. Dios llamó a esto arrepen timiento. "¿No has visto como Acab se ha humillado delante de mi?" (I Re. 21:29). Desde ese día él pudo mirarse hacia atrás y decir, "¿Arrepentimiento? Sí. Bajo la predicación de ese gran profeta de Dios, Elías, en mi jardín de Jezreel…" Para él fue una experiencia única, no un diario caminar. No duró mucho. El problema era que él había hecho un pacto con el mundo. El estaba de acuerdo con el pecado. El había llegado a ser un hermano y amigo del mundo. "Hermano" aquí significa "afinidad", uno como yo, uno a quien respeto. El estaba en convenio con lo que Dios había maldecido. Y así el día de hoy, existe un arrepentimiento superficial. Pero ustedes darán marcha atrás si no rompen su pacto con el mundo.

Acab proclamó amar la verdad, pero en lo más íntimo él odiaba el ser reprendido. Acab y Josafat iban a ir a la guerra contra los Sirios. Cuatrocientos profetas falsos estuvieron predicando éxito: "Vayan y serán prosperados. Ustedes pueden lograrlo". Así permanece ahí el solitario profeta que estaba en contra de los cuatrocientos falsos. Escuchen la demanda de Acab por saber la verdad: "Y Micaías respondió: Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré. Vino, pues, al rey, y el rey le dijo: Micaías, ¿Iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o la dejaremos? El le respondió: Sube, y serás prosperado, y Jehová la entregará en mano del rey. Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de exigirte que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehová?" (I Re. 22:14-16). Sin embargo en su corazón él no quería escucharla; él la odiaba. Así que él encarceló al profeta.

Pastores, maestros y aquellos en la congregación, hoy en día dicen todos, "Queremos únicamente la verdad. Que se predique tal como es. Adelante. Vacíenla. No importa cuanto duela". Pero en sus corazones algunos están hirviendo, "Esto es demasiado triste. Muy duro. No puedo soportarlo".

Acab estaba ciego ante el terrible hecho de que él estaba siendo guiado por espíritus de mentira. Este espíritu de mentira no era de Dios, sino bajo su mandato. Los espíritus malos y mentirosos deben ir o venir a su palabra. Ellos no son de Dios, pero son enviados por Dios, "el Señor ha puesto un espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas" (I. Re. 22:22-23).

Este espíritu de mentira causó que Sedequías, un profeta falso, se jactara de que el Espíritu de Dios estaba sobre él. El Espíritu mentiroso en él, pudo declarar honestamente, "El Señor me envió". Los espíritus mentirosos son muy persuasivos -"Le inducirás"- (I. Re. 22:22). Acab estaba ahora totalmente persuadido de que él estaba escuchando la voz de Dios y que regresaría victoriosamente.

Los cristianos atados por la doctrina de Jezabel están cien por ciento seguros de que ellos están bien. No pueden ver el engaño. Acab no se fue pensando, "Micaías está bien; él tiene la mente de Dios. Los cuatrocientos son falsos; ellos no tienen una palabra de Dios". No. El se fue totalmente convencido, total- mente engañado, totalmente seducido. El estaba convencido de que Micaías estaba equivocado y los cuatrocientos estaban bien.

¿POR QUE ALGUNOS CRISTIANOS CAEN EN TAL DECEPCION?

"He aquí, vosotros confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan. Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso e incensando a Baal, y andando tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis delante de mi en esta casa sobre la cual es invocado mi nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas estas abominaciones?" (Jer. 7:8-10). Hay una res- puesta. Están apapachando algún pecado consentido, algún ídolo secreto en el corazón. Una justificación de pecado. Un caminar con el mundo. Una hermandad con el mundo. Luego vienen a la casa de Dios jactándose "No soy culpable". Esta es una invitación abierta a espíritus de mentira.

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