jueves, 24 de junio de 2010

La Televicion
































Y se entontecen con imágenes... JEREMIAS 50:38b







CONTRA LA
TELEVISION
Luis Benítez Bribiesca


La sociedad ha atravesado por innumerables cambios históricos que hemos dado en llamar revoluciones: la revolución agrícola, la revolución industrial, la revolución científica, la revolución verde, etc. No seria aventurado decir que estamos en plena efervescencia de la revolución de la infamación. Dentro de ella uno de los factores principales es sin duda la televisión. Este extraordinario adelanto tecnológico esta incidiendo en nuestra cultura cambiando a la sociedad e imprimiendo un nuevo ritmo a la historia. Por ello se habla de una cultura en esta generación: la del video. A diferencia del libro, esta nueva técnica informativa se ha infiltrado tan rápida y sigilosamente en nuestra vida que no ha habido tiempo para reflexionar sobre sus consecuencias futuras.

La evolución cultural.

La definición de cultura ha sido motivo de debate y es una palabra que tiene acepciones muy variadas y contradictorias. Sin el deseo de entrar en un análisis conceptual, podría afirmarse como dice Octavio Paz, que cultura comprende el conjunto de cosas, ideas imágenes e instituciones que usa nuestra sociedad. Todo este vaso cúmulo de actividades humanas tan heterogéneas, representa en verdad la tarea intelectual del hombre a través de su historia.

El concepto de cultura podría entonces simplificarse diciendo que es el conocimiento de todo lo que hace la sociedad humana, ya sea técnica, ciencia, arte, filosofía, religión o política. Es consecuentemente una actividad exclusiva del hombre, ya que no tiene paralelo en otro ser vivo; el animal carece de cultura. Por esta razón el humano tiene dos planos evolutivos: el estrictamente biológico que comparte con las especies, y elemental o cultural que le es propio. Mientras la evolución biológica homosapiens fue lenta y abarco un periodo de casi un millón de años, la evolución cultural del hombre ha sido rápida y acumulativa y no tiene mas de 15 mil años. Esta ultima, es el producto del enorme desarrollo cerebral de nuestra especie. Ese maravilloso órgano, asiento de la conciencia y de la mente, ha adquirido en el humano una inmensa capacidad para obtener, manipular y generar información; pero lo mas notable es que tiene además un potencial único para la creatividad y la abstracción. Por ello la evolución cultural que combina estos elementos de la inteligencia, progresa a ritmo tan acelerado que nos sorprende cotidianamente.

Es probable que el punto crucial para el arranque cultural ocurriera al aparecer un sistema congruente de comunicación intelectual basado en símbolos. Es cierto que el animal, como el hombre, tiene métodos naturales de comunicación, pero estos son fijos y estereotipados, sirviendo únicamente a propósitos claramente biológicos e instintivos, como la supervivencia y la reproducción. Su lenguaje es limitado y estático; no evoluciona. La abeja y la hormiga se han comunicado exactamente a lo largo de cientos de millones de años. En el hombre las cosas son muy diferentes indiscutiblemente fue el invento del lenguaje hablado su mayor logro para expresar y compartir su pensamiento.
Escritura y cultura

El siguiente paso decisivo para el avance cultural fue la escritura, inventada hace apenas unos 5 mil años. La posibilidad de traducir las ideas y el lenguaje hablado en símbolos gráficos y poder reconstruir las ideas y las palabras a partir de esos grafismos, marco el camino ascendente de la cultura. Este proceso permitió además, almacenar la información cultural para heredarla a las generaciones siguientes; así fue posible acumular progresivamente la producción mental de la gran sociedad humana, con lo que se garantizo la continuidad de la evolución de la cultura. Con ello el hombre agrego a la herencia genética, la herencia cultural. La primera esta impresa de genes, la segunda se estampo en símbolos.
Pero no fue sino hasta el invento de la imprenta que empezó a generalizarse la difusión de la cultura. Con este gran aporte tecnológico, el ritmo de producción e intercambio ideológico se acelero. La palabra escrita se transformo en el medio más poderoso para el fomento y la evolución de la cultura hace apenas unos dos siglos. Pese a que la transmisión oral todavía desempeña un papel importante en la tradición cultural de algunos grupos sociales, puede afirmarse que actualmente el acervo cultural de la humanidad, se encuentra predominantemente en forma escrita, incluyendo ahí también a la música. No debe soslayarse sin embargo, el gran impacto de las artes plásticas y escénicas en este proceso, pero es el lenguaje escrito el que marca la pauta del progreso cultural, por ser la forma mas precisa y al mismo tiempo mas flexible de comunicación.
Comunicación cultural

La cultura sería inexistente sin comunicación entre los miembros de una sociedad. En nuestro tiempo la comunicación y, con ello, la difusión de la cultura, han adquirido niveles y derroteros insospechados. Puede afirmarse que nuestro planeta se encuentra ya globalmente intercomunicado y que al menos teóricamente, todo el orbe podría cambiar información continua y cotidianamente. D hecho esto ocurre ya con las grandes redes mundiales de computadoras y con la comunicación por medio de satélites. Pero dentro los múltiples adelantos científico tecnológicos, el que ha tenido mayor influencia sobre la cultura moderna es sin duda la televisión. Esta, amenaza desplazar a la palabra escrita, pero contrariamente a lo que podría esperarse, se cierne paradójicamente como un instrumento de anticultura.

Cabe preguntarse ahora, si el símbolo escrito, particularmente del libro, será y deberá ser desplazado por una pantalla de imágenes y además cuestionarse cual serán sus consecuencias sobre el proceso evolutivo de nuestra cultura es el producto de la suma de nuestra actividad mental de los individuos de nuestra sociedad y que esta a su vez, es la consecuencia de la actividad cerebral que se genera en proporción directa a los estímulos positivos del entorno. El lenguaje escrito en forma radicalmente diferente a como lo hace la imagen de una pantalla de la televisión; veamos por que.
Lenguaje, imagen y estimulo cerebral

La lectura reclama una actividad muy compleja. En prime lugar deben aprenderse los símbolos de la escritura, luego los juegos de la sintaxis y por ultimo los giros del lenguaje: una ves que se dominan esta fase se pueden entender las ideas. Pero estas, a su vez, generan otras en la mente del lector que le despiertan en mayor o menor grado su imaginación. Así los símbolos escritos inducen la formación de imágenes, ideas, abstracciones y situaciones emotivas muy diversas que adquieren diferentes matices según la personalidad del lector. Este sistema promueve una actividad mental ideatoria continua, lo que fortifica amplias áreas de nuestro cerebro. Este es un ejercicio necesario y de gran utilidad, que se requiere para mantener y mejorar su función, a la manera de como el ejercicio físico mejora el músculo atleta. Por el contrario, un cerebro que no se estimula, deteriora su función, como ocurre con la masa muscular de un paralítico.

El acto de leer es generalmente una tarea solitaria, de introspección; es un dialogo con uno mismo. Lo que el autor escribe es interpretado en forma muy diversa por su receptor. Cada uno tendrá su propia visión de lo que ha leído y por ese motivo el texto adquiere tantos giros como lectores tiene. Por otra parte el que lee crea su propia imagen interpretativa que le permite entonces sentir un mensaje genuino y verdadero de lo que ha leído. En esta forma los relatos de viajes, las descripciones de personas , las situaciones reales o imaginarias, los conceptos filosóficos y metafísicos adquieren tonalidades personales y se viven con intensidad en el interior de cada uno al descifrar el símbolo escrito. Puede asegurarse que cada mente construye sus propias imágenes en el acto de leer; es un acto eminentemente creativo y estimulante. Sin embargo, cuando las imágenes se fabrican electrónicamente y se materializan en un pantalla, la situación es completamente distinta a la que experimenta el lector. Mirar una película o un programa de televisión es un acto externo, diríamos de convivencia social. El mensaje viene de lejos, de la pantalla, y es difícil percibirlo desde dentro, como si fuera propio. La imagen fabricada no nos permite tamizarla, recrearla y adaptarla así a nuestra personalidad, por ello no se puede introyectar y sentir como propia, como en el caso de la lectura. Los objetos, los colores, los sonidos y las situaciones siempre estarán allá, y no aquí, dentro de mi. La observación por lo general no reclama introspección. La imagen fabricada es a su vez una interpretación muy personal de un guión o de un escrito, elaborada por un grupo de expertos y técnicos que desean transmitir un contenido preciso y sin desviaciones. Esas imagenes paradogicamente matan a la imaginación. En esta forma la vivencia subjetiva y personalizada de un escrito ya no ocurre; el Quijote deja ser la imagen que cada uno se hace al leer la novela de Cervantes y se transforma en el viejo canilludo y barbudo que el productor fabrica, para imponerla a su publico William de Baskerville ya no es el sesudo clérigo, amante de la justicia y de la verdad, es ahora un Sean Conery con habito: los personajes de Cri-Cri dejan de ser esas maravillosas criaturas, que cada uno idealizamos en nuestra mente, para trasformarse en grotescas figuras de utilería.

Lo mas grave es que las empresas televisivas, salvo algunas honrosas excepciones, elaboran programas diseñados, específicamente para no pensar. Estos son los que tiene mayor difusión, o rating y, por ello son los que mas se vende. La televisión comercial los prefiere, por que son los que mayor ganancias les generan, y la televisión estatal, por que no es la mejor manera de imprimir en las masas el mensaje ideológico o político que les conviene. Ambas atan y ahogan el proceso critico e imaginativo; sofocan todo intento de creatividad intelectual. El proceso mental activo que reclama la lectura y que tanto estimula neutra mente, se elimina al trasformarse en imágenes prefabricadas. No se piense sin embargo, que las imágenes de la televisión o del cine, no puedan ser estimulantes, pero depende de como se usen. Quizás el mejor ejemplo de comunicación visual mentalmente estimulante y que transmite emotividad estética, lo encontramos en el buen cine, el llamado cine de arte, que por cierto rara vez se ve en las pantallas de televisión.
El impacto intelectual

Conviene reflexionar acerca de las limitaciones de la imagen, en comparación con la palabra escrita, para trasmitir el contenido intelectual. Mientras con el maravilloso invento del símbolo impreso podemos expresar ideas, situaciones emocionales, poesía, pensamientos filosóficos o teorías científicas, con la imagen nos limitamos a elementos muy concretos y triviales de la mente. Seria muy difícil, si no es que imposible traducir a imágenes televisadas un poema, una tesis filosófica o un ensayo metafísico Esto revela nuevamente la cortedad y simplicidad necesarias para un mensaje primordialmente visual, lo que contrasta con la pluralidad y complejidad de la información escrita. Ver un programa de televisión común, no requiere de preparación alguna, ni de mayor ejercicio de nuestra mente; cualquier iletrado entiende las imágenes triviales de su entero sociocultural. Esto es una ventaja y al mismo tiempo una desventaja. La ventaja es que l uso de este sistema de comunicación puede penetrar ciertamente a un numero mayor de personas y con ello resalta como el medio mas universal de intercambio o de información en la sociedad humana. La ventaja escriba en que el receptor se transforma en un elemento pasivo y generalmente manipulado por ese medio, al menos como ocurren las cosas actualmente. Por ello puede afirmarse que la cultura televisiva es de un nivel inferior la cultura del libro, tanto por su forma como por su fondo. Lo alarmante es que la nueva generación, la que nació y vive con la televisión, esta haciendo a un lado la lectura activa y la esta sustituyendo por horas de observación pasiva. Ya no se puede presidir de la televisión; precisa pues conocerla y analizarla.
El contenido de la imagen

Hasta aquí hemos analizado principalmente la forma del mensaje audiovisual ( que por cierto es lo que mas importa en los programas de televisión); ahora veamos como esa forma prefabricada de imágenes simples, necesariamente influye en su contenido.

Ya que la televisión representa un instrumento de difusión masivo, este se usa para llegar a las mayorías y por lo tanto el contenido debe ser tal que pueda captar la atención de las grandes masas en la forma mas simple e insulsa.

Los impulsos mas primitivos, son los símbolos mas universales y mas fáciles de entender. por el contrario, los mas elevados y abstractos, es decir los representantes de la máxima evolución cultural, son difíciles de captar y por ello resultan tediosos y aburridos para la generalidad. los comunicólogos, preocupados mas por el impacto comercial que por la superación cultural, han descubierto que lo que mas atrae al publico televidente es la violencia, el sexo y los deportes (forma subliminada de violencia). Por ello, el contenido de los programas combinan generalmente a esos tres ingredientes en diversas proporciones.
Es evidente, si embargo, que la palabra escrita no escapa a esta tendencia. La cantidad de basura informativa que se imprime, aderezada de estos tres componentes de los impulsos humanos primitivos, es cada vez mayor. Este fenómeno no parece del todo desligado de las empresas televisivas. Estas compran a muy buen precio novelas y guiones saturados de violencia, sexo y otras trivialidades cotidianas para “divertir” al publico en general. Por otro lado la creatividad intelectual fina, trascendente y estética, esta cada vez mas en desuso; no es comercial, esta mal pagada y su destino es el de pequeños grupos de elitistas intelectuales; por ello no es comercial.

Naturalmente que no puede ni debe adoptarse una postura radical. El conglomerado humano es harto heterogéneo y no debe pedirse un nivel similar de entendimiento y de evolución cultural; las diferencias son abismales. Pero es innegable que la mayoría se siente atraída y gratificada por un mensaje simplista y cómodo, astutamente condimentado con los tres ingredientes primitivos para proporcionarle diversión y entretenimiento instantáneo. Por el contrario un programa de discusiones filosóficas y o de física nuclear no seria visto mas por una minoría selecta y rechazado por la mayoría. Por ello es posible deducir que ellos programas de televisión de que disponemos por ahora favorecen la pereza mental he imprimen en la mente del observador conceptos sensacionalistas, comerciales, y políticos en su mayoría estúpidos. La suma e esos aspectos negativos conduce a un deterioro cuantitativo y de cualitativo de la actividad cerebral en el televidente. Así la televisión actual parece erguirse mas bien como un elemento de anticultura, pro que fomenta la pereza y la manipulación intelectual y con ello serias anomalías conductuales. Los comunicólogos psicólogos que han estudiado el impacto de la televisión en los niños han descubierto trastornos psicológicos alarmantes. Hay una correlación directa, dicen, entre la cantidad e televisión que se ha vistió la sensación de inseguridad, vulnerabilidad y dependencia. La televisión ha venido a reemplazar a los cuentos relatados por los padres y mas tarde a la figura de maestro de la escuela, Por ello sea vuelto norma y estándar de nuestra conducta. Así se sabe que el casi 50% de los crímenes y delitos sexuales son fomentados por el impacto de los programas de video. A esto le ha llamado el profesor Gebner el “ síndrome del mundo malo”.
Conclusiones

En consecuencia podría decirse, para los propósitos de este análisis, que la cultura hoy en día tiene dos niveles diferentes: la escrita y la televisiva. La primera es estimulante para la mente y por ello la mantiene activa; es la mejor forma de comunicar los pensamientos mas profundos, estéticos y emotivos del ser humano. La segunda es por su estructura actual, trivial y fomenta una postura pasiva, que trasforma al individuo, de un actor de su cultura en un simple observador.

Actualmente se discute acaloradamente sobre las consecuencias que tendrá la televisión sobre la evolución cultural del hombre. Existen pro y contra. Mientras unos aseguran que este medio electrónico será la mejor forma de difundir e incrementar la cultura, otros piensan que representan una amenaza para la superación mental de nuevas generaciones. Aquí es pertinente reflexionar que una cosa es el instrumento electrónico, un avance tecnológico de innegable valía, y otra la forma de su uso comercial.

No se puede negar a pesar de la argumentación precedente, la gran utilidad de la televisión para difundir información rápida y eficaz mente a todo el orbe. La palabra escrita no puede competir con ese sistema en cuanto a penetración y aceptación. Quizás a ello se debe que las nuevas generaciones emplea mas tiempo ante una pantalla con programas insulsos, que ante las hojas de un libro de calidad. Pero también hemos sido testigos de como la televisión puede expandir los limites del aula y llevar mensajes de alto contenido cultural a millones de televidentes. En su mayoría los programas actuales son enajenantes y propician la apatía mental, es cierto pero podrían concebirse sistemas estimulantes y formativos que fomenten la cultura y la evolución de la mente.

De esta situación ambivalente, en donde la televisión puede ser un obstáculo para la cultura activa, o un medio potente para difundirla, podemos deducir que el instrumento es bueno siempre y cuando se use en forma adecuada.

Habría que inventar un nuevo lenguaje para ese maravilloso aparato que desafortunadamente ha sido vehículo de anticultura.
Por lo tanto, la palabra impresa sigue siendo el medio mas estimulante para la actividad mental. La escritura y la lectura son los nutrientes mas eficaces de nuestro a acervo cultural. Sin lugar a dudas, el mejor antídoto para el veneno intelectual que no arroja cotidianamente la televisión comercial es un buen libro.


Luis Benítez Bribiesca: Jefe de la Subdivisión de Maestrías y Doctorados, Facultad de Medicina.
UNAM



Este articulo es de una persona que ha estudiado el tema a profundidad, estoy de acuerdo en todo lo que el expone respecto al televisor pero no con sus creencias de la evolución. Y esto es para que medica y científicamente se compruebe que la televisión no hace mas que dañar.














Para los “cristianos” está el
Salmo De La Televisión:



La Televisión Es Mi Pastor
Todo Me Faltara
En Lugares De Delicados Sillones Me Hará
Descansar
Sin Tardanza A Los Centros De Vicio Me
Guiará
Confortara Mi Carne
Me Conducirá Por Sendas De Violencia Y Sexo Por Amor Al
Patrocinador
Aunque Ande Al Margen De Mi Deber Cristiano
No Temeré Interrupción Alguna porque la Influencia
Demoniaca Esta Conmigo
Su Control Remoto Y Comerciales Me Infundirán Aliento
Adereza Anuncios Delante De Mi Para Fortalecimiento
Y Progreso De Mi Mundanalidad
Llena Mi Cabeza Con Tonterías
Telenovelas Y Consumismo
Mi Carne Esta Rebosando
Ciertamente La Pereza Y La Ignorancia Espiritual
(y yo añadiría también la intelectual)
Me Seguirán Todos Los Días De Mi Vida
Y A La Muerte Espiritual Segura (el infierno)
Me Llevara Por Muchos Días.











En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa. No
pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de
los que se desvían; Ninguno de ellos se acercará a mí.
Salmo 101:2y3















“OJOS CODICIOSOS”


Por David Wilkerson


Yo no tengo una televisión o una videocasetera, y por la gracia de Dios he sido guardado de toda forma de pornografía; pero considera a los cristianos que tienen una televisión y también cablevisión. Son más de las diez de la noche y los niños están en sus camas, y se sientan a ver una película para adultos. Ante sus propios ojos ven adultos fornicando y practicando toda clase de maldad del infierno. Tanto su espíritu como su cuerpo son capturados por eso. O podría ser este escenario: estás lejos de tu casa y nadie te conoce. Te sientes solo y un curioso impulso viene sobre ti. El enemigo de tu alma te susurra: “¡Vé esta o aquella película, sólo una vez, después puedes arrepentirte!”- Entonces tú vas a una película para adultos o de media noche. Esta es corrupta y te hace sentir sucio y pecador. ¡Sales del cine vacío! O supón que en vez de salir, simplemente le cambias a una película sucia en la habitación del cuarto del motel. ¡Ahí mismo en el cuarto el Espíritu Santo se va contristado, viendo cómo un hijo de Dios tiene sus ojos pegados a una película vil, inmunda y sensual! Y aquí está un último escenario: ¡caminando por la calle te detienes en un puesto de periódicos contemplando todas las revistas pornográficas (Play Boy, Pent House, etc.) y toda una colección de otras revistas viles! ¡Sólo mirando! Pero compras un periódico y la revista pornográfica, escondiéndola entre las páginas del periódico. Te la llevas a tu casa y la escondes, y la sacas secretamente para anhelar lo que está en las fotos. Después de un tiempo te deshaces de ella con disgusto, diciendo: “¡Nunca más! Esto es tonto, es ridículo, ¿Quién lo necesita?”

Pero hay algo todavía más serio: supón que yo camino por las calles para ir a trabajar o para ir a la iglesia o para tomar el camión o el metro, y mis ojos están codiciando, ¡siempre mirando! ¡Satanás hace alarde de la carne en todo lugar! ¡Muchos se visten, caminan y actúan como si estuvieran poseídos por demonios! Son como pornografía caminando, tentando a tus ojos. Aunque hombres y mujeres son igualmente culpables de tener ojos “codiciosos”, los hombres son probablemente más susceptibles a ello. Las esposas tienen cuidado de hacia donde ven, mientras que sus esposos cristianos voltean sus cabezas y siguen a las mujeres con sus ojos codiciosos, en los restaurantes ¡y aún en la iglesia! ¡Las esposas observan los ojos de sus esposos! Nada es más irrespetuoso para una esposa, o más degradante, que un esposo que codicia con sus ojos, ¡en su presencia!

En la ciudad todo esto se intensifica por el evidente número de personas, la propaganda sensual y la forma en que se visten los inicuos. Años atrás, aquí en Nueva York, ¡las mujeres usaban vestidos hasta el piso! Ellas eran modestas (recatadas), todavía sentían vergüenza. Era vergonzoso aún dejarse ver el tobillo. ¡Hoy en día muchas mujeres se visten como prostitutas que rondan en busca de su presa! Aún hace cincuenta años, la mayoría de ellas habrían sido llevada por patrullas de policía, cubiertas con chamarras y, ¡acusadas de exposición indecente! Puedes estar seguro de que las tentaciones se pondrán peores entre más nos acerquemos al fin de este siglo. Va a ser algo terrible.

La pregunta es: ¿por qué un verdadero hijo de Dios pondría sus ojos en tan inicua obscenidad? Sabemos que la codicia de los ojos es una de las batallas más grandes que están siendo peleadas por los cristianos hoy en día. Me tocó ver a un hombre que cargaba su Biblia en la esquina de las calles 68 y Broadway. Al pasar junto a él una mujer que traía puesta una mini-falda, cruzó la calle, mirando hacia atrás todo el tiempo, arriesgando su vida por el tráfico. ¡Qué terrible parecía aquello! La Biblia se veía fuera de lugar. Esta es una batalla que está siendo peleada por ministros, licenciados, doctores, políticos, gente de todo tipo de vida y de cada nacionalidad. Existen miles que dan rienda suelta a esto secretamente, y quisieran que nunca nadie lo supiera, y otros miles caen en esto sólo de vez en cuando. Pero esto ejerce dominio sobre ellos y parecen no poder ser completamente libres.

Yo quiero hablarles aquí solamente a aquellos quienes buscan agradar al Señor y caminar en santidad. ¿Por qué existe esta atracción perversa? ¿Por qué algunos siguen haciéndolo? ¿Por qué los ojos codiciosos? Isaías habló de las hijas de Sión que tenían “ojos desvergonzados” u ojos desviados y codiciosos: “… las hijas de Sión se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies…” (Is. 3:16). David oró: “Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; avívame en tu camino” (Sal. 119:37). “No pondré delante de mis ojos cosa injusta…” (Sal. 101:3). Proverbios 4:25 dice: “Tus ojos miren lo recto, y diríjanse tus párpados hacia lo que tienes delante”. ¿Por qué no mantenemos nuestros ojos mirando lo recto, lo puro y hacia adelante?

Los ojos codiciosos están relacionados con un corazón trastornado e insatisfecho

No estamos reconociendo que el problema del ojo refleja un problema del corazón aún más profundo. Dios tiene que llevarnos a ver que algo no está todavía restaurado en nuestros corazones, que existe una raíz causante de tener ojos codiciosos y lujuriosos.“Y sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Prov. 4:23). No estamos tomando este asunto tan seriamente como Jesús lo hace. Él hace de este problema con el ojo un tema de vida o muerte. No es algo que se quita con el tiempo. Por el contrario, es algo con lo que se debe tratar en el temor de Dios, decisiva y despiadadamente. Debemos reconocer que Jesús dijo que nos podría enviar al infierno si no tratamos con esto de una vez por todas. ¡Jesús dijo que un ojo perverso debe ser sacado!

Déjenme decirles cómo surgió este mensaje. Anteriormente mencioné que vi a un hombre mirando a una mujer con minifalda, y qué mal me sentí por él. De hecho, yo pensé: “¡Eres un hombre sucio!”, pero el Espíritu de Dios me reprendió amorosamente diciendo: “Él es tu espejo. ¡Tú has estado haciendo lo mismo! Tal vez no con una Biblia en la mano, pero tú no has estado guardando tus ojos como debieras”. En aquella noche y hasta este mismo momento el Espíritu Santo puso un temor santo en mí, previniéndome de que lo que yo miro es un asunto muy serio para con el Señor. No es un rollo legalista de esclavitud. Es la vida y la muerte. Es imposible tener un corazón puro y tener ojos indisciplinados. La lascivia del ojo es una extensión de la lascivia que hay en el corazón.

La Biblia dice que hay algunos “... quienes aún mientras comen con vosotros... tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar...” (2 Pe. 2:13-14). Ellos vienen a la casa de Dios a comer con nosotros. Escuchan y disfrutan la Palabra, pero están llenos de lujuria. Esto involucra tanto a mujeres como a hombres. Ellos pretenden desear a Cristo. Dicen todas las palabras correctas, pero tienen una cosa predominante en sus mentes. Ellos están locos por las mujeres y ellas enajenadas por los hombres, ¡con ojos codiciosos! Yo he tenido a muchos de estos que vienen a mí por oración, diciendo: “No puedo aguantarlo, algo viene sobre mí. ¡La lujuria me arrasa! ¡Tiene que ser algo demoníaco!” Un ministro que fue sorprendido con ocho mujeres en su iglesia me dijo: “Todo comenzó cuando yo tenía quince años con la empleada doméstica en nuestra casa. Luego se hizo un hábito y yo no veía nada malo en hacerlo”.

En todos estos casos, es la carne, no los demonios, reinando. “Sabe el Señor... reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio; y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne andan en concupiscencia e inmundicia… atrevidos…” (2 Pe. 2:9-10). Pedro dice: “… tienen el corazón habituado a la codicia…” (2 Pe. 2:14). La palabra “habituado” ¡tiene que ver con la desnudez! Ellos han sido obsesionados con la desnudez. Ellos lo codiciaron, lo practicaron, ¡siguieron la concupiscencia con sus ojos! Pedro dice de ellos: “El perro vuelve a su vómito y la puerca lavada a revolcarse en el cieno” (2 Pe. 2:22). Estos son halagadores que andan al acecho. ¿Qué título tienen? ¡Embusteros internacionales! ¡Tienen todas las respuestas correctas! “Pues hablando palabras infladas y vanas, seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error” (2 Pe. 2:18). Esta es una de las advertencias más fuertes y significativas en la Palabra de Dios para la Iglesia hoy en día.

Para todos ustedes que han escapado de los falsos maestros, que han salido del error y han escapado limpiamente de doctrinas de demonios, que han escapado de la corrupción de una iglesia o de un líder que era falso, estén atentos a otra trampa: un seductor retumbante, “espiritual”, y de lenguaje hipócrita enviado a ti por el diablo, justamente cuando estás más vulnerable. ¡A todas las mujeres casadas: escuchen este mensaje! Si tú has despertado espiritualmente y tienes hambre de Dios, si te has vuelto y ahora no quieres otra cosa más que a Cristo, pero tu matrimonio no es lo que debiera ser, si hay confusión y problemas, si las cosas se han vuelto amargas y él no comparte tus anhelos más profundos, si están creciendo separados: ¡ten cuidado! El diablo va a estar poniendo justo en tu camino a un hombre que parecerá tan espiritual, tan sabio, tan comprensivo. Este hombre pareciera que lee tu mente. ¡Él va a hablar como nadie que tú hayas escuchado jamás! ¡Va a ser altilocuente y agradable a tu vanidad! Tu esposo va a parecer muy insípido en comparación.
Había un ministro en Canadá que conoció a una “profetisa”. ¡Cómo profetizaba! Diciéndole que su ministerio sacudiría a las naciones. Ella podía ver a través de él y entenderlo. Comparada a esta mujer, su esposa era “materialista y poco espiritual”, decía él. Ellos terminaron en una aventura con la mujer profetizando todo el tiempo, diciendo: “Así dice el Señor…” ¡Mientras cometían fornicación! Otro hombre y su esposa que ahora asisten a la iglesia de “Times Square” habían pertenecido a una comunidad que hacía mucho énfasis en el pastoreo, en donde a él se le había dicho que no estaba espiritualmente a tono con ella. El grupo forzó a la esposa a divorciarse del esposo, y luego le trajeron a otro hombre (un espectro espiritual), para que se casara con ella.

Siervos del pecado

“Les prometen libertad y son ellos mismos esclavos de corrupción…” (2 Pe. 2:19). ¡Escuchen la advertencia del apóstol! ¡Cuídense! Estos, quienes tienen ojos llenos de adulterio, pueden identificar a los que están atribulados. Te ofrecen una mano bondadosa o te llaman, diciéndote: “Tengo carga por ti, el Señor me despertó y me habló de ti. Tengo un buen oído. Dime todo lo que te sucede”. Si tú estás casado o casada, y estás en el teléfono (o en persona) descargando tu corazón con alguien que no es tu pareja, ¡entonces estás pecando y jugando con fuego! Tú estás en la mismísima trampa de la que Pedro nos advierte.

Aquí está una palabra para solteros. Si tú estás buscando a Dios y dispuesto a seguir a Cristo a cualquier costo, tú vas a ser un blanco para Satanás. Él va a enviarte a tu camino a alguien que tenga lo que yo llamo “religión de luna de miel”; esto es: ¡una plática lo suficien-temente espiritual y dulce como para llevarte al altar! Una joven esposa confesó: “¡Él sonaba tan espiritual! Todo lo que hablaba era acerca del Señor. Me dijo que Cristo era todo para él, pero el día que nos casamos, él cambió”. ¡No! Él no cambió. Sus verdaderas intenciones tan solo salieron a la luz. Ella recuerda que todo el tiempo que fueron novios tuvo una lengua espiritual, pero manos pegajosas. ¡Esa es la prueba. Niégale sus pasiones animales y verás qué tan espiritual es!.

Otros rehúsan permitir que sus ojos ofendan a Cristo en ellos

Hay una escritura que me ha dado problemas durante años: “Si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno” (Mt. 5:29). Esta es una persona que está bajo el absoluto señorío de Cristo. Si la carne o el yo estuvieran en el trono, ¿qué nos podría ofender?, mas debido a que Cristo gobierna en supremacía, entonces los ojos ofenden, cualquier cosa diferente de Cristo ¡se vuelve ofensiva! Estas palabras de Jesús nos muestran que tan seriamente toma este asunto de los ojos codiciosos. Él también menciona el mismo mensaje nuevamente en Mateo 18. ¡Dos veces en un libro! Si Cristo gobierna y reina en tu corazón, tú vas a experimentar su contristamiento ¡cada vez que miras persistentemente a cualquier hombre o mujer, o ves una revista pornográfica, o te sientas y ves, aunque sea cinco minutos, una película inmunda, o compras o rentas una película atrevida! ¡Tu espíritu clamará: “Oh, Señor, ¡te estoy ofendiendo con mis ojos!”.

“Si tu ojo derecho te es ocasión de caer...” ¿Por qué Jesús habla del ojo derecho? ¿No puede tu ojo izquierdo ver lo mismo? El ojo derecho representa autoridad. Cristo se sienta a la diestra del Padre. Puesto que Dios es Espíritu, no puede haber literalmente una mano derecha o izquierda. Por el contrario, representa la posición soberana de autoridad de nuestro Señor. De esta manera tu ojo derecho es cualquier pasión que ha asumido poder o autoridad abrumadora en tu cuerpo. Los pecados del ojo derecho son aquellos que tienen raíces, aquellos que fácilmente nos acosan. Este se vuelve el ojo derecho de la carne, el ojo dominante cuando se cede al pecado como “instrumentos de iniquidad...” (Rom. 6:13).

Para algunos es un dominante ojo derecho de fantasía. Este es el curso de los matrimonios: esposos o esposas soñando despiertos en algo mejor; con un ojo inicuo que está ciego a la realidad y enfocado en alguna fantasía. ¡Ellos no pueden creer que Dios haga un mila-gro de sanidad, porque viven con una visión falsa de que en algún lugar hay un hombre o una mujer perfectos! Hace algunos años yo estaba en un programa de televisión con un comediante que se había casado más de ocho veces y estaba a punto de casarse otra vez. Yo le dije: “Creo que acabo de conocer al hombre más triste en los Estados Unidos”. Más tarde, él confesó: “¡Ocho mujeres no pudieron haber estado equivocadas! Yo esperaba que ellas me trajeran felicidad. Estuve casado con una de ellas tan sólo una semana”. Puesto que ninguna podía hacerlo feliz, él podía irse. Si tú eres uno de los que sueñan despiertos, ¡necesitas un poco de colirio del Espíritu Santo en tu ojo para limpiar tu visión! Esas fantasías pueden destruir lo que queda de tu matrimonio.

Jesús dijo: “Sácalo y échalo de ti!”. Él está diciendo simple y llanamente: “¡Es suficiente, déjalo ya, no más! ¡No más fantasías perversas! ¡No más revistas y películas sucias! ¡No más ojos codiciosos! ¡Desecha ese ojo derecho! No dejes que esa pasión tenga ningún dominio. ¡Saca esa codicia de tu corazón! Cristo no te da una excusa; Él simplemente dice: déjalo o piérdete “…pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno”. Tú puedes orar, llorar por misericordia, rogar por gracia, excusarlo como debilidad, rogar desamparadamente, y aún decirle que es el trabajo de Dios y no el tuyo. Pero Jesús dice: “¡Sácalo tú, tú échalo de ti!” A nosotros no se nos mandaría a hacer algo imposible; tiene que ser posible, porque Él nos dijo que lo hiciéramos. Pero nosotros simplemente no queremos batallar contra el pecado. Por el contrario, nos plantamos enfrente de una película de la televisión, nos volvemos a algo vil, y oramos: “Dios, ¿Dónde está tu poder? ¡Libérame!” Caminamos a un puesto de revistas, tomamos una revista pornográfica , y decimos en voz baja: “Señor, ¿Dónde estás tú?”.

Escucha la advertencia de Cristo: “Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón” (Mt. 5:28). La mayoría de las personas estarían de acuerdo en que una aventura secreta rompe la confianza y arruina el matrimonio, y que fuera de la gracia de Dios nunca será lo mismo. Pero el mirar literatura pornográfica, ya sea el hombre o la mujer, y codiciar las imágenes, tienen el mismo efecto. ¡Tú eres igual de infiel! Sería lo mismo que haber estado físicamente con una prostituta. Tu adulterio mental destruirá tu relación con tu esposa. Esto hiere a los matrimonios, porque el esposo o la esposa no pueden ser igual a lo que tú viste. El diablo dice: “¡Él o ella es demasiado gordo! ¡Mira con lo que estás casado!” Las comparaciones se hacen, y lo que tú tienes ¡parece muy lejano de tu fantasía! Ahora tú miras, tus ojos codician, porque él o ella no te pueden satisfacer. Satanás ha contaminado tu mente, haciéndote sentir engañado.

En el tema de la masturbación, aún los escritores cristianos han escrito que es un medio legítimo de aliviar la tensión, que esto no es fornicación. Los cristianos solteros de ahora no consideran que entregarse a ello sea pecado, siempre y cuando todo se quede en la mente. Pero la Palabra de Dios lo llama autoindulgencia. Pablo, un hombre soltero dijo: “Sino que golpeo mi cuerpo y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado” (1 Co. 9:27). Pablo dijo: “… mas yo no me dejaré dominar de ninguna” (1 Co. 6:12).

El peligro para los solteros, así como para los casados es que estas pasiones y hábitos empiezan a controlar y a tomar poder sobre el cuerpo. “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo, mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1 Co. 6:18-20).

¿Puede Dios guardar a los solteros puros? ¿Puede darles ojos puros? “Y aquel que es poderoso para guardaros sin caída y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría…” (Jud. 24). A la mujer soltera o divorciada Dios le dice: “No temas, pues no serás confundida; no te avergüences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado. Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada dijo el Dios tuyo” (Is. 54:4-6). Para los hombres jóvenes David dice por el Espíritu Santo: “Mi porción es Jehová” (Sal. 119:57).

¡Si la cosa inmunda en la que tu ojo se enfoca no es quitada, todo dentro de ti se vuelve perverso!

“La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas” (Lc. 11:34-35).

Había un artículo en un periódico dominical reciente que ilustra apropiadamente estos versículos. Tenía que ver con una estrella de cine que se enamoró de su compañero de actuación. Pero esto no era recíproco. Él era amable con ella y ella malinterpretó esto como amor. Él, de hecho, tenía otra novia. Ella estaba tan obsesionada con él que perdió todo raciocinio y le mandó una muñeca desfigurada, dejándola en el escalón de la entrada de su casa; acosándolo por teléfono y con cartas. La policía se la llevó para interrogarla. ¡Esto destruyó su vida!

Esto es lo que la Palabra está hablando. Esa cosa perversa que el ojo no quiere dejar, se convierte en una obsesión. Empieza a tomar control. Todo el sentido común se va, gente inteligente empieza a hacer cosas tontas y peligrosas. La mente, cuerpo, alma y espíritu se llenan de perversa oscuridad.

Una mujer joven me dijo de cómo su amor por un hombre joven la estaba destruyendo. Ella sentía que estaba perdiendo su mente, siempre fantaseando acerca de lo que sería su vida con él. Yo hablé con él, y estaba sorprendido: “Yo en ninguna ocasión le he dado una razón para que piense que la amo. ¡Nunca hemos salido! Me la he encontrado en dos ocasiones”. Ella está ahora, al borde del suicidio, obsesionada con él, y él está herido, porque no fue su culpa. ¡Fue el ojo perverso de ella!

¿Por qué es Cristo tan insistente, tan exigente, en que esta cosa inmunda sea quitada, terminada y desechada? Porque Él conoce la horrible confusión y oscuridad que esto trae consigo. Todo lo que tú hagas estará contaminado con inmundicia. No vas a poder escuchar la voz de Dios. La luz que tú pienses que hay en ti, será oscuridad. Horribles pensamientos inicuos entrarán en tu mente. Vas a ser capaz de mentir, hacer trampa, disimular, ¡llamando a lo malo bueno y pervirtiéndote en todos tus caminos! Tú dices: “Sí hay algo que domina a mis ojos. Yo tengo mi ojo en alguien o en algo. Pero no puedo detenerme. No puedo dejarlo”. Jesús no dijo que sería fácil; pero sí que sería posible. “...mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que ser echado en el fuego eterno” (Mt. 18:8). Esto puede significar que tú termines acongojado o emocionalmente cojo. ¡Pero es una de dos, eso o el infierno! Sí, puede ser como si murieras. Algo va a morir en ti, pero se tiene que ir o arruinará tu alma.

Yo leí un sermón de un predicador famoso aquí en Nueva York, dado en una catedral al norte de la ciudad. Él dijo: “No suprimas esos sentimientos profundos. Abandónate, entrégate a ellos, de otra forma vas a destruir tu personalidad”. ¡Ese predicador va a encontrarse cara a cara con un ejército de almas condenadas en el infierno que no lo van a dejar descansar por toda la eternidad, por haberles mentido!

Jesús dijo: ¡Sácalo, échalo de ti!




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